Quien es autónomo o empresario sabe perfectamente que a veces los límites entre economía profesional y economía familiar son bastante permeables: es difícil saber dónde empieza una y dónde acaba la otra. Por ello, tener deudas contraídas con proveedores puede ser un grave problema no solo para el propio negocio, sino para la familia misma. Por eso es tan importante saber si estoy en RAI o no y si, llegado el caso, es fácil salir de este fichero.
Lo primero de todo es conocer qué es el RAI: se trata del Registro de Aceptaciones Impagadas, o lo que es lo mismo, el fichero de morosos más importante en lo que a personas jurídicas se refiere. Se trata de un fichero privado, gestionado por el Centro de Cooperación Interbancaria, donde se archivan las deudas que contraen empresas y autónomos con las entidades adheridas a dicho fichero, que se calcula son más de 200, entre ellas la práctica totalidad de los bancos.
Tener una deuda con alguna de las entidades asociadas conlleva serios inconvenientes económicos, sobre todo en el día a día del negocio o en el funcionamiento de la actividad. Al tratarse de un fichero muy vinculado al sector bancario, el principal problema es que el acceso al crédito se cierra drásticamente, así como otras contrataciones con empresas relacionadas, que muy probablemente sólo ofrecerán productos o servicios si se realiza el pago por adelantado.
Cuál es la forma de saber si estoy en RAI
Para saber si mi empresa o yo como autónomo estoy en RAI, primero hay que estar seguro de haber contraído una deuda suficientemente alta como para formar parte del registro. La cantidad mínima adeudada debe ser mayor de 300,51 euros.
Si ese requisito se da, lo tendremos que saber en 30 días. Ese es el plazo que la ley establece para que la entidad que te ha dado de alta en RAI se lo comunique a la persona o empresa en cuestión. Y lo debe hacer mediante los canales oficiales establecidos: carta certificada, burofax…. Si esa notificación no se produce, tendremos derecho a interponer acciones legales contra dicha entidad.
Si no se recibe esa comunicación oficial pero se tienen serias sospechas de formar parte del RAI, existen otras formas de conocer la verdadera situación. Lo más rápido quizás sea acudir a tu banco de confianza y solicitarles esa información: ¿estoy o no estoy en fichero? Como decíamos, RAI está muy vinculado al sector bancario y crediticio, por lo que en tu oficina más cercana tendrán acceso a él. Otra cosa es que quieran dar esa información, puesto que en realidad las empresas adheridas al RAI se rigen por una cláusula de confidencialidad..
Otra opción es ponerse en contacto directamente con la empresa o entidad que sospechas te haya incluido en el fichero RAI. Una conversación amistosa puede ayudar, pues en realidad dicha compañía está interesada en que la deuda se salde y se solucionen los problemas. Cada compañía es diferente, unas son más receptivas a negociaciones posteriores, mientras que otras en cierto punto delegan el proceso a sus servicios jurídicos.
Una forma poco ortodoxa de acceder a esa información es intentar solicitar un crédito con una entidad bancaria, pero sin la intención real de firmarlo. Es decir, lo único que se pretende es llevar a cabo todo el proceso para saber si antes o después, el banco deniega la concesión del crédito por formar parte del fichero. Si la entidad accede a concederlo, eso quiere decir que no hay ninguna deuda reflejada en RAI.
Además de estas tácticas más o menos informales, siempre queda la opción realizar las gestiones a través de tu gestor o consultor, aunque normalmente son acciones que llevan un coste asociado al servicio, por lo que hay que valorar su conveniencia.
Consejos para salir del RAI
El mayor consejo que se puede dar para dejar de formar parte del fichero RAI es muy obvio: pagar. Se puede pagar con anterioridad para evitar entrar en esa lista de morosos o se puede pagar poco después de ello para saldar la deuda o deudas que han provocado nuestra inclusión en él. Tanto en uno como en otro caso, se puede recurrir a un minicrédito online, como los disponibles en Credy: son rápidos y se conceden incluso a quienes ya estén incluidos en listas de morosos, como RAI o ASNEF. Se trata de una opción muy recomendable cuando se trata de un problema de falta de liquidez temporal, pues estos pequeños préstamos online son de carácter inmediato.
Otra solución es tener paciencia: la información sobre el autónomo o empresa morosa solo puede permanecer en el fichero por un plazo de 30 meses. Pasado ese tiempo, los datos dejarán de formar parte del RAI, tanto el nombre como el CIF, el importe impagado y el resto de apartados.
Obviamente, siempre son recomendables los servicios de una consultoría o de un abogado, tanto en lo puramente informativo como a la hora de interponer reclamaciones, pues en ocasiones un mero error de procedimiento, como una notificación errónea, pueden ser motivo suficiente como para dar de baja a una persona jurídica del fichero RAI.