El IBI es, como todos los impuestos, un desembolso económico poco agradable. Ni siquiera su otra denominación, “la contribución”, ayuda a hacer más amigable esta tasa. Sus subidas anuales, a menudo inesperadas, o la desinformación sobre la cuantía a pagar son algunos de los motivos que llevan a muchos ciudadanos a temer este impuesto. En este artículo te contamos cómo se calcula el IBI, cómo liquidarlo, por qué los minipréstamos se han convertido en una ayuda para pagar su cuantía y otros detalles de interés.
Lo primero es saber qué es el IBI exáctamente. Su nombre es Impuesto sobre Bienes Inmuebles, es decir, que no es una tasa que grava a las personas, sino a los pisos, apartamentos, chalets, locales comerciales, etc. En líneas generales, las personas obligadas a hacer frente al pago del IBI son los propietarios de esos inmuebles, salvo que en el contrato de arrendamiento se especifique que es el inquilino el encargado de realizar ese pago. Se trata de un tributo municipal, por lo que son los Ayuntamientos quienes tramitan y recaudan este impuesto. De hecho, es una de las principales fuentes de financiación de estos organismos.
Cómo se calcula el IBI
La cuantía que se paga en el IBI es el resultado de un cálculo verdaderamente complejo. Los ayuntamientos establecen esa cuantía final a pagar, aunque se basan en dos importantes valores aportados por el Gobierno central:
- El valor catastral de cada inmueble: se puede consultar en la web del Catastro. Este valor, que no debería superar el 50% del valor de mercado de la propiedad, se calcula en función de muchas variables, como su ubicación, su antigüedad, el coste de las obras realizadas en él, su estado de conservación, etc.
- Un coeficiente o porcentaje sobre ese valor catastral. El Gobierno central establece la horquilla de porcentajes para ese incremento, que actualmente está entre el 0,4 y el 1,3% del valor catastral. Dentro de ese abanico, los ayuntamientos eligen el coeficiente que quieran aplicar a su IBI municipal.
Además, cada ayuntamiento puede establecer una serie de bonificaciones o reducciones, según lo estipulado por ley (viviendas protegidas, por ejemplo) o según su criterio (familias numerosas, víctimas de violencia de género, etc.). Además, algunas instituciones están exentas de pagar el IBI en sus propiedades, como las embajadas de países extranjeros, la Cruz Roja o la Iglesia católica.
Cuándo se paga el IBI
El periodo impositivo del IBI coincide con el año natural. Es decir, va del 1 de enero al 31 de diciembre. Por norma general, quien sea propietario del inmueble a día 1 de enero debe ser el encargado de pagar la cuantía correspondiente a ese año natural, aunque se produzca una compra-venta posterior dentro ese año. En cuanto al periodo de pago, depende de cada ayuntamiento, pues cada consistorio tiene su periodo impositivo propio, aunque muchos de ellos establecen un periodo de pago voluntario, durante el cual suele haber una pequeña reducción de la cuantía a pagar.
Cómo se paga el IBI
El IBI se puede pagar de muchas maneras: en efectivo en la oficina de recaudación de cada ayuntamiento, en las oficinas bancarias o mediante domiciliación bancaria. Muchos ayuntamientos, para evitar impagos, fomentan esta última modalidad de domiciliación, estableciendo reducciones en la cuantía a pagar que pueden llegar al 5% del total
El problema de las revisiones del IBI y sus soluciones
Es importante saber que, por ley, los ayuntamientos pueden (y deberían) realizar revisiones del IBI cada 10 años conforme al valor catastral del inmueble. O lo que es lo mismo: como el valor catastral varía con el tiempo, normalmente al alza, los ayuntamientos deberían ajustar su IBI conforme a esas variaciones en el catastro. Es por ello que el IBI puede experimentar subidas de un año a otro, dato importante para saber cómo se calcula el IBI. En ocasiones, esa subida es fuerte y ello se debe a que un determinado ayuntamiento decide actualizar su IBI después de mucho tiempo, incluso tras más de 10 años.
Ante esta situación, que se puede considerar imprevista porque un ciudadano de a pie no tiene por qué saber cuándo ha sido la última actualización del IBI con respecto al catastro, los ayuntamientos en ocasiones facilitan el pago mediante el prorrateo de esa subida en los siguientes recibos del IBI.
En ocasiones, medidas como el prorrateo no son suficientes para poder hacer frente de manera instantánea a ese incremento del recibo, lo que obliga al contribuyente a buscar otras vías de pago. Es ahí donde los préstamos online inmediatos se presentan como una solución útil para el pago del IBI: en el caso de Credy.es, se pueden solicitar hasta 750€ de minicrédito, a pagar en un máximo de 30 días, lo que es cantidad y margen suficiente para liquidar el pago del IBI, son créditos rápidos y fáciles. Por tanto, no solo es importante saber cómo se calcula el IBI sino también qué métodos de pago existen y qué soluciones tienen los propietarios para hacer frente a las subidas imprevistas.