Una línea de crédito es un término económico con el que muchas empresas e instituciones están familiarizados, pero también muchos particulares, que recurren a ella para tener una financiación más flexible en determinados gastos cotidianos. No obstante, no siempre se tiene claro en qué consiste y a menudo se confunde con el concepto tradicional de préstamo. En este artículo vamos a aclarar todo ello.
Una línea de crédito es una extensión de dinero que un banco pone a disposición de un cliente, durante un periodo determinado y con un límite máximo estipulado. En otras palabras, es como una cuenta corriente con dinero que la entidad bancaria le facilita a un cliente, con la salvedad de que ese dinero no es del cliente sino del banco: el cliente puede recurrir a esa cuenta de crédito siempre que quiera dentro de los límites establecidos y, una vez terminado el periodo acordado, el titular de la línea debe restituir el saldo que había al principio. Mientras tanto, el banco va cobrando comisiones de funcionamiento e intereses.
En cambio, los préstamos tradicionales son diferentes: lo que aquí se presta es una cantidad concreta de dinero y se establece un calendario de pagos en los que se van saldando periódicamente los gastos e intereses del crédito a
sí como la cantidad prestada. Concluido el calendario de pagos, se extingue el préstamo, mientras que en el caso de las líneas de crédito, se pueden prorrogar si hay acuerdo entre entidad y cliente.
Principales ventajas y desventajas de una línea de crédito
La gran ventaja de esta vía de financiación es la flexibilidad en cuanto al uso de ese dinero disponible, al que se puede acceder de manera inmediata cada vez puesto que está en ‘tu’ cuenta de crédito. La entidad bancaria pone a tu disposición un saldo, pero tú puedes utilizar solo una parte de él en función de tus necesidades. Eso sí, la desventaja de esta situación viene precisamente por el hecho de que el banco no solo te cobra por ese capital dispuesto, sino también por el no dispuesto.
Unida a la flexibilidad está la comodidad en el manejo de ese saldo, pues en la práctica opera como una cuenta corriente propia. Por ello, muchas compañías utilizan esta modalidad para financiar el dinero circulante de su día a día, para tener siempre la posibilidad de realizar los pagos a proveedores, las nóminas… incluso cuando tiene problemas de liquidez.
Sin embargo, una de las principales desventajas de las líneas de crédito es que llevan aparejadas más comisiones que otras vías de financiación, precisamente por ese concepto de “dinero siempre disponible”.
Línea de crédito frente a microcréditos online
Si un cliente busca esa idea de “dinero siempre disponible” para cubrirse las espaldas frente a determinados imprevistos, una de las alternativas más interesantes a las líneas de crédito es precisamente los microcréditos online, como los que gestiona Credy.es. Es cierto que estos micropréstamos por Internet solo permiten solicitar 750 euros cada vez, pero ofrece otras muchas ventajas.
El margen de maniobra es prácticamente igual de rápido e inmediato que la línea de crédito, puesto que el tiempo medio que está empleando Credy entre solicitud y recepción del dinero en cuenta es de unos 15 minutos, lo cual se puede considerar ‘dinero al instante’. En cambio, la gran ventaja es que el cliente solo paga los honorarios del dinero que utiliza, mientras que en las líneas se paga también por lo que no se utiliza, como se comentaba más arriba. Es decir, si hablamos de gastos imprevistos, en los microcréditos solo se paga cuando surge el imprevisto y solicitas la cantidad de dinero, mientras que en las líneas de crédito se paga ya de antemano al tener el saldo disponible, ‘en previsión’ de que surja el imprevisto.
Otro terreno en el que salen perdiendo las líneas de crédito es el de la burocracia. Como siempre que suele ocurrir con las entidades bancarias tradicionales, los requisitos y el papeleo que se exige es muy grande. De hecho, es difícil acceder a una de estas líneas si no se tiene trabajo fijo con un saldo medio-alto o si se está registrado en las listas de morosos. Con Credy, en cambio, se pueden recibir créditos rápidos sin nómina y para personas con ASNEF.
Por último, la balanza se decanta también del lado de los minicréditos online en cuanto a la facilidad de comprensión. En este caso no hace falta tener conocimientos avanzados de economía, mientras que para contratar una línea de crédito sí es necesario estar familiarizado con conceptos que en muchos casos son complejos. Con los préstamos personales de Credy bastaría con tener claro lo siguiente: cantidad, tiempo de devolución y honorarios, que se especifican en cada etapa de la solicitud. En cualquier caso, valora bien todas las particularidades de tu situación personal y decántate por la opción que mejor se adapte a tus necesidades.