En la actualidad, la oferta crediticia es tan grande que existen muchos tipos de préstamos personales, cada uno con sus ventajas y sus inconvenientes. Se suele recurrir a ellos en momentos de dificultad económica, pero también por una cuestión de organización presupuestaria familiar o personal.
Un préstamo personal se puede considerar aquel que una entidad de crédito otorga a un cliente privado, es decir no a una empresa ni a un autónomo, y que este podrá usar libremente para lo que mejor considere, es decir, que no está ligado a un fin concreto, como podría ser la hipoteca de una vivienda o a la financiación de un coche.
Para una mejor comprensión, englobaremos los diferentes tipos de préstamos personales en función de quién los concede: entidades bancarias tradicionales, empresas crediticias, prestamistas privados o instituciones públicas.
Préstamos personales de las entidades bancarias
Se puede decir que son los préstamos personales clásicos, los que otorgan los bancos. Su punto a favor puede ser la seguridad y la fiabilidad de entes poderosos con mucho músculo financiero, que disponen de fondos suficientes para realizar una operación de este tipo. La gran variedad de bancos y de ofertas de unos y otros hacen que se pueda comparar y buscar las condiciones más ventajosas en cada caso, aunque por lo general los intereses que cobran estas entidades son relativamente altos. Los gastos más comunes a los que se dedican estos préstamos son los estudios de los hijos, las vacaciones familiares o el consumo privado.
Una de las grandes desventajas de este tipo de préstamos personales es la gran burocracia que llevan aparejados y la dificultad de acceder a ellos si no se dan unas determinadas condiciones, a veces muy exigentes. Por ejemplo, muchas entidades no conceden préstamos a quienes no tienen una nómina fija con un salario medio-alto, algo que en los últimos años es cada vez más inusual. Tampoco se aprueban créditos a quienes tienen deudas pendientes, ya sea con la administración o con empresas privadas. Y para ello no solo rastrean en los listados de morosos, sino que incluso se cubren las espaldas con respecto a quienes aparecen reflejados en el CIRBE (Centro de Información de Riesgos del Banco de España), donde están inscritos personas con créditos de riesgo, incluso si cumplen religiosamente con los pagos de las cuotas.
Además de los clásicos préstamos personales, que suelen conceder una cantidad concreta a devolver, los bancos ofrecen actualmente otras modalidades de financiación. Por ejemplo, las tarjetas de crédito, normalmente asociadas a la propia cuenta corriente. O las líneas de crédito, que en la práctica son cuentas de crédito en las cuales el banco aporta un saldo y permite al cliente hacer uso de él, pero restituyéndolo al final del periodo acordado, más los intereses generados.
Microcréditos rápidos online de empresas crediticias
Las empresas crediticias privadas, como Credy, son compañías especializadas en conceder préstamos online inmediatos. Se trata de un tipo de préstamo personal muy apropiado para gastos imprevistos, puesto que son rápidos, de fácil acceso y los honorarios que se cobran son moderados.
Por rapidez se entienden apenas 10 ó 15 minutos desde el momento en el que se solicitan los préstamos personales hasta tenerlo a tu disposición en tu cuenta corriente. La sencillez tiene que ver con el proceso de solicitud: un formulario online para el que no se necesita ningún tipo de conocimiento de economía o finanzas y que se puede rellenar desde el ordenador de casa o desde el smartphone a través de Internet.
Son de fácil acceso porque prácticamente cualquier persona mayor de edad puede beneficiarse de ellos. Y ahí se incluye a las personas que forman parte de ficheros como ASNEF, RAI o CIRBE de esta forma las personas así pueden acceder a los préstamos rápidos con ASNEF. Además, el no tener una nómina no es un motivo de exclusión, puesto que se puede acreditar otra fuente de ingresos regulares como pensiones o prestaciones por desempleo y así acceder a los créditos rápidos sin nómina. Por último, el papeleo es mínimo porque se realizan préstamos rápidos sin aval, como no suelen hacer los bancos en muchos casos.
Otros tipos de préstamos personales: prestamistas privados e instituciones
Los prestamistas privados también otorgan préstamos personales de manera legal. Son personas físicas que pueden tener una profesión completamente diferente a la de las finanzas, pero que por disponer de una posición económica desahogada se pueden permitir el lujo de conceder préstamos a otras personas, siempre a través de un contrato y a menudo ante notario. La principal desventaja son los intereses altísimos, en ocasiones rozando con la usura.
Por último, también se puede hacer mención a determinadas instituciones públicas, entre cuyas funciones puede estar la de conceder préstamos personales. Ahí se podría mencionar el ICO, aunque solo en un supuesto muy concreto: la de financiar obras de reforma en la propia vivienda. El resto de sus créditos tiene como destinatarios a empresas, autónomos y otras instituciones públicas.